Resulta vergonzoso e indignante lo que sigue sucediendo en el Perú, pero lo realmente preocupante es que esta cultura de corrupción y cinismo patológico por parte de muchos de sus protagonistas siga contando con la ingenuidad o ignorancia de un gran número de personas que “creen” y/o defienden ridículamente lo indefendible.

Fuera de cualquier tinte político que se pretenda dar a los hechos, lo relevante e irónico del asunto es que una persona ampliamente conocida por sus acciones a través de estos últimos años, torpemente se ha desnudado ante la opinión pública con sus propias letras.

Indudablemente que jamás pensó en la remota idea de que esto sucediera, sin embargo, las acciones de la implicada así como su personalidad, intereses mostrados y todo lo consignado en los presuntos documentos de su autoría revelan elocuentemente la magnitud de sus desvaríos y doble moral.

La mujer es un ser especial que como tal merece respeto y consideración por sus dones intrínsecos y naturales, por tanto, las mujeres en general y las peruanas en particular son dignas representantes de ese género cuando con sus acciones mantienen incólume su esencia divina.

El nombre de “primera dama” es un título honorifico que se le otorga típicamente a la esposa del presidente de un país.

Las acciones individuales de la implicada en estos hechos vergonzosos la descalifican moralmente para el otorgamiento de un honor que no merece toda vez que agravia la dignidad de la mujer peruana.

Es indudable que toda persona es inocente hasta que judicialmente no se pruebe su responsabilidad, pero de la misma forma resulta innegable que existen elementos de juicio suficientes como para presumir su responsabilidad en estos y otros hechos de carácter doloso.

Bien haría el Fiscal de la Nación en nombrar una Fiscalía “Ad hoc” para que se avoque exclusivamente a la investigación de estos hechos, ordene la pericia grafo técnica y presente la denuncia que corresponda contra la persona de Nadine Heredia por existir indicios y evidencias suficientes que en otros casos y a otras personas con menos indicios y sin evidencias les han ordenado prisión preventiva. La justicia es igual para todos o es simplemente un chiste?

Esperamos que el juez que reciba la denuncia fiscal, (como se supone que deberá ser) ordene como medida cautelar el impedimento de salida del país de la aludida persona y de una vez por todas se siente un precedente histórico en la justicia penal peruana.

Basta ya de tanta corrupción, descaro y contubernio político.

Si no es ahora, ¿Cuándo?